– Macao
Macao es la excursión por excelencia para realizar desde Hong Kong. Y no es una mala opción, ya que combina la tradición portuguesa con su geografía asiática que su casco histórico ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad. Por si fuera poco, en las últimas décadas han surgido en ella un gran número de casinos que han convertido a la ciudad de Macao en una copia asiática de Las Vegas, aunque con mucho más encanto local.
A diferencia de Hong Kong, con sus enormes rascacielos, el centro histórico de Macao está formado por edificios de altura mediana y con plazas y jardines que lo hacen muy agradable para el paseo. Recorrer sus calles con los típicos adoquines blancos y negros portugueses le hace sentirse a uno en otro continente. Destacan también las numerosas iglesias, que conviven con los templos locales.
Por la noche, de todos modos, es tiempo de casinos. Macao cuenta con un gran número de ellos, que sigue creciendo, y cada vez son más grandes, espectaculares y similares a los de Las Vegas. Todo empezó por el Casino Lisboa, que hoy sigue aún en funcionamiento aunque se queda en nada comparado con su sucesor, el Grand Lisboa, o el resto de los que se han ido creando. No están en el centro histórico,aunque algunos lo bordean y otros se han ido a la zona del istmo de Cotai, donde se está creando una zona de ocio y juego al más puro estilo de Las Vegas.
Llegar a Macao desde Hong Kong es muy fácil. A lo largo de todo el día hay numerosos barcos rápidos que hacen el trayecto en hora y media, aproximadamente, por un precio cercano a los 12 euros. Para entrar en Macao es necesario el pasaporte, aunque no hace falta ningún tipo de visado, y los dólares de Hong Kong son aceptados en Macao –aunque las Patacas de Macao no se aceptan en Hong Kong-.Te puede interesar: Excursión de un día a Macao
– Shenzhen
Shenzhen es un milagro chino surgido en la frontera con Hong Kong. No hace muchos años, era un pueblo del sur de China, pero hoy se ha convertido en una zona con un régimen económico especial que ha atraido la actividad de miles de industrias y, con ello, a varios millones de ciudadanos chinos, hasta el punto de convertirse en una de las mayores ciudades de la República Pouplar China.
La ciudad no es especialmente bonita, ni tiene grandes puntos de interés para el turista; aunque es verdad que está evolucionando mucho en los últimos años. Si acaso, conviene destacar el parque China Espléndida, con réplicas de los principales monumentos de China en un espacio de 30 hectáras. Interesante de ver, pero los edificios no dejan de ser réplicas más o menos afortunadas.
Sin embargo, Shenzhen se ha convertido en un importante destino de compras para todos aquellos que viven o trabajan en Hong Kong. Hay numerosos centros comerciales y oportunidades para comprar productos locales o extranjeros. Los precios, por lo general, suelen ser algo más bajos que en Hong Kong y también se pueden encontrar otro tipo de productos “más locales” que no pueden encontrarse en la ex-colonia bitánica.
Shenzhen es, además, un punto de paso muy frecuente para viajeros que viajan a o desde otros puntos de la República Popular China en avión, ya que los vuelos desde allí resultan mucho más baratos que desde el aeropuerto de Hong Kong. La comunicación entre Shenzhen y Hong Kong se realiza luego de modo fácil y barato a través de autobuses, barcos o ferrocarril. Es importante destacar que, para cruzar la frontera de China es necesario un visado válido. Salir de China y volver a entrar posteriormente requiere un visado de doble entrada o multientrada. En el caso de Shenzhen, se puede conseguir un visado especial en la frontera que sirve únicamente para la zona de la ciudad y por un tiempo no superior de 5 días. Es importante saber muy bien cuál es nuestra situación de visado a la hora de planificar cualquier visita desde Hong Kong a China.
– Cantón
Cantón (o Guangzhou en su transcripción del chino) es la capital del distrito de Guangdong y una de las principales ciudades de la región. Está a unas tres horas de Hong Kong en tren y cuenta con una historia muy rica, aunque es muy industrial y monumentalmente bastante pobre. Quedan, apenas, algunas iglesias de los tiempos coloniales, varios templos (entre ellos el de los seis banianos, que alberga la Pagoda de las Flores) y algunos parques por los que pasear.
No obstante, sus centros comerciales de tecnología, telefonía e informática serán auténticos paraísos para los aficionados a este tipo de artículos. Los precios son más bajos que en Occidente y un poco más económicos que en Hong Kong y se puede regatear algo, pero los precios no se rebajan tanto como en los mercados de otras ciudades chinas. Evidentemente, hay muchas imitaciones de productos, pero se pueden encontrar productos originales a buen precio.
Hay buena conexión ferroviaria entre Hong Kong y Cantón. Eso sí, sigue siendo necesario estar muy atento de si el tipo de visado del que disponemos nos va a permitir entrar en la República Popular China.
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